Venciendo Gigantes.


¿Alguna vez nos sentimos incapaces de solucionar un problema? Justamente eso es la Impotencia, significa: falta de fuerza o poder  para realizar una cosa o hacer que algo suceda.
Esto trae un dolor emocional por el hecho de no poder cambiar una situación desagradable. En otras palabras, nos sentimos impotentes cuando sabemos que los problemas son tan grandes, comparado con nuestras   fuerzas, que solo nos resta decir “No puedo”.
“Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo. Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.” 1 Samuel 17:10-11

Cuanto nos sentimos impotentes, nos vemos a nosotros mismos como inferiores, sentimos temor y tal vez podemos llegar a turbarnos como le pasó al pueblo de Dios. Entonces comenzamos a pensar que no podríamos librarnos de aquella dificultad y que no hay solución posible para tal situación.

Cada día el gigante Goliat salía para amenazar al pueblo de Dios, HASTA QUE APARECIÓ ALGUIEN CON OTRO PENSAMIENTO...
“Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.” 1 Samuel 17:45

La actitud de David frente al gigante FUE MUY DIFERENTE, porque aún reconociendo que el gigante a enfrentar era muy fuerte, pero también sabía que mucho más poder y grandeza tenía su Dios. Debemos entender que El no nos ha llamado a luchar solos, es posible que los problemas nos superen, ya que somos humanos, pero estos nunca serán más grandes que nuestro Dios.
“Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.” Deuteronomio 31:8

Tal vez estés atravesando una situación difícil, semejante a enfrentar un temible gigante, este ya no se llama Goliat, sino que tiene distintos nombres: enfermedad, deudas, adicciones, divorcio, depresión o como vos lo quieras llamar.
Estos se presentan cada día a tu vida, atemorizándonos y llenándonos de dudas acerca de nuestro futuro. Muchas veces ante estas situaciones,  nos podemos sientes pequeños, impotentes y sin fuerzas.
Si es así, te invito a que hagamos la siguiente oración: “Señor, sé que solo no puedo, humanamente me siento pequeño delante de este problema tan grande, quiero pedirte perdón por las veces que decidí ir solo a la batalla, pero hoy te pido que me ayudes a pelear, a no escapar del problema, sino a enfrentarlo y salir victorioso. Ahora sé que no voy solo a la batalla, al igual que David diré: Gigante, yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos.
Si confiamos en Dios y le obedecemos, Él nos sorprenderá haciendo lo que con nuestras fuerzas no podríamos.
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Miralo desde arriba: Dios está atento a tus batallas. Creer que esto no es así nos aleja de la posibilidad de llegar a la victoria. Conoce tus gigantes, pero sabe que con la Fe puesta en Él vas a poder vencerlos ¡Él ya tiene  para vos la victoria!

Miralo desde abajo: Desde este punto los gigantes se ven enormes. Es normal que te puedas sentir amedrentado o temeroso ¡No dudes! Pedile a Dios ver cada problema desde SU perspectiva. Cuando nos ponemos en ese lado, los gigantes comienzan a verse más chicos.

Miralo desde Adentro: Hay varios gigantes que logran conquistar nuestra mente, o nuestro corazón ¿Logras identificar alguno? Estos quieren mantener tu mente cautiva, y es el primer lugar que quieren sitiar. No tenés que dejarlos avanzar. Pedile a Dios que renueve tu mente día a día, y te ayude a mantener una mentalidad de ganador.

Miralo hacia Afuera: Cuando empezamos a reconocer la victoria que tenemos sobre los gigantes, nos convertimos en personas seguras, de Fe. La intención de Dios siempre es usarte. Tené por seguro que esta batalla que hoy estás peleando, la vas a ganar, y no solo eso, sino que vas a ayudar a otros que se enfrenten a este mismo gigante a pelear sus batallas. Todo se siembra y se cosecha en el reino de Dios. 

El Poder de la Oración


“Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.”  San Mateo 6:6

Cuando Jesús estuvo físicamente en la tierra, su prioridad siempre fue pasar tiempo a solas con su Padre. Aunque Jesucristo era completamente Dios, también era completamente humano. Se vio sometido a una vida de impresionante presión y de continua persecución.
Al llevar a cabo su ministerio tuvo que enfrentarse con una creciente oposición, continuamente acosado e incluso teniendo hambre y sed. Pero para poder sobre llevar esto Jesús se apartaba a orar. Él se retiraba a solas para buscar a su Padre y tener comunión con Él.
Cada vez que debemos tomar decisiones importantes en nuestras vidas, debemos seguir su ejemplo, porque solo de esa manera lograremos la victoria. Si se nos hace difícil separar un tiempo para estar a solas con Dios, debemos recordar que Él está deseando y esperando estar con nosotros ¡No lo dejes esperando! porque ¡Nuestro corazón es transformado en las manos de Dios!
Para llegar a Dios solamente necesitamos tres cosas muy importantes: 
·         Doblar nuestras rodillas
·         Cerrar nuestros ojos y 
·    Levantar nuestra voz para que en menos de un minuto podamos llegar a alguien que conoce nuestra vida por completo y todas nuestras situaciones.



“Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías 33:3

Alguien conocido dijo: “La oración tira de la soga desde abajo, y la gran campana suena arriba en los oídos de Dios. Algunos difícilmente hacen sonar la campana, porque oran con desánimo; otros sólo dan un tirón ocasional a la soga. Pero el que se comunica con el cielo es el hombre y la mujer que toma la soga vigorosamente y tira continuamente de ella con todas sus fuerzas”. Esta bueno ¿No?

SABIAS PALABRAS: Un día sin oración es un día sin bendición, y una vida sin oración es una vida sin poder.

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Miralo desde arriba: Dios está atento a nuestras oraciones. No solamente atento, está deseando que tomes un tiempo de tu vida, te encierres y decidas dedicarle un tiempo especial sólo a Él. Siempre está buscando la forma de llamar nuestra atención porque desea tener intimidad con nosotros.


Miralo desde abajo: A veces con la excusa que Dios conoce nuestro corazón y nuestras necesidades, resignamos tiempo que podríamos dedicarle a la oración y lo usamos para otras cosas ¿Cuántas veces creíste que tu problema era insignificante como para que a Dios no le interese?  Cuando tenemos intimidad con Dios cada parte de nuestra vida le interesa, simplemente porque nos ama.

Miralo desde Adentro: ¿Qué cosas hoy están robándote tiempo de intimidad con Dios? ¿Qué es lo que te limita al momento de orar? Si podemos ser sinceros sobre qué cosas nos frenan, podremos ser eficientes al momento de tomar las decisiones que verdaderamente nos ayuden a crecer en nuestra vida de oración.

Miralo hacia Afuera: Una persona de oración es una persona de Fe. Una persona que pasa tiempo con Dios tiene actitudes y reacciones de alguien que ha estado en su presencia ¿Cuánta gente conoces con esas características? Dios está esperando que vos seas una de ellas ¡Quiere que conozcas el verdadero poder que hay en la oración!  

Dios te dará la victoria


“Pero ustedes, mis queridos hijos, pertenecen a Dios. Ya lograron la victoria sobre esas personas, porque el Espíritu que vive en ustedes es más poderoso que el espíritu que vive en el mundo.” 1 Juan 4:4

Le Dijo David a Saúl -No te preocupes por este filisteo ¡Yo iré a pelear contra él! -¡No seas ridículo! -respondió Saúl- ¡No hay forma de que tú puedas pelear contra ese filisteo y ganarle! Eres tan sólo un muchacho y él ha sido un hombre de guerra desde su juventud. Pero David insistió: -He estado cuidando las ovejas y las cabras de mi padre. Cuando un león o un oso vienen para robar un cordero del rebaño, yo lo persigo con un palo y rescato el cordero de su boca. Si el animal me ataca, lo tomo de la quijada y lo golpeo hasta matarlo. Lo he hecho con leones y con osos, y lo haré también con este filisteo pagano, ¡Porque ha desafiado a los ejércitos del Dios viviente! ¡El mismo Señor que me rescató de las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo!

Saúl accedió y le dijo: – Está bien, adelante. ¡Y que el Señor esté contigo! Así que David tomó cinco piedras lisas de un arroyo y las metió en su bolsa. Luego, armado únicamente con su vara de pastor y su honda, comenzó a cruzar el valle para luchar contra el filisteo.

Goliat caminaba hacia David con su escudero delante de él, mirando con desdén al muchacho de mejillas sonrosadas. – ¿Soy acaso un perro -le rugió a David- para que vengas contra mí con un palo? Y maldijo a David en nombre de sus dioses. – ¡Ven aquí, y les daré tu carne a las aves y a los animales salvajes! -gritó Goliat.

David le respondió al filisteo: – Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. Hoy el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡Y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel! Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza ¡Esta es la batalla del Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!

Cuando Goliat se acercó para atacarlo, David fue corriendo para enfrentarse con él. Metió la mano en su bolsa, sacó una piedra, la lanzó con su honda y golpeó al filisteo en la frente. La piedra se le incrustó allí y Goliat se tambaleó y cayó de cara al suelo.

Así David triunfó sobre el filisteo con sólo una honda y una piedra, porque no tenía espada. Después David corrió y sacó de su vaina la espada de Goliat y la usó para matarlo y cortarle la cabeza.

Posiblemente hoy tenés frente a vos a un gigante llamado: enfermedad, divorcio, alcohol, drogas, pobreza, desesperanza, frustración o soledad. No te sientas intimidado(a) ni retrocedas porque no estás solo(a), Dios está con vos y es el único que puede darte la victoria en esa batalla. NO importa que tan difícil parezca ser la situación que estés enfrentando, NO DESVÍES TU MIRADA, TU CAMINAR NI TU CONFIANZA A OTRO LADO, Permanece creyendo, confiando y clamando al único Dios que puede ayudarte y cambiar tu lamento en gozo.

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Miralo desde arriba: Dios no está ajeno a tus batallas. Conoce muy bien todos y cada uno de los gigantes a los que vas a enfrentarte en tu vida, está esperando que te levantes con actitud de vencedor para enfrentarlos y darte la victoria sobre ellos ¡No tengas miedo!

Miralo desde abajo: Desde este punto los gigantes pueden parecer invencibles, intimidantes; pueden generarte miedo y hasta desesperación ¡Tranquilo! Entendé que la victoria llega en el momento en el que actuamos. Caminá decidido hacia la batalla porque la victoria ya es tuya.

Miralo desde Adentro: Tus gigantes más grandes muchas veces no tienen que ver con situaciones externas, sino con batallas internas. Tus miedos, tus pecados, tus debilidades. Batallas que vas a ir enfrentando día tras día ¿Tenés Fe para creer que la victoria también es tuya en este punto? ¿Estás determinado a derribar a todos y cada uno de esos TUS gigantes?

Miralo hacia Afuera: El coraje, la fuerza, el aliento, la experiencia que se gana en cada batalla te van a convertir en un líder, un referente. Como fue con David, Dios quiere usarte para ayudar a otros a conocer la fórmula para vencer gigantes ¿Serás vos el que tenga que marcar el camino? ¡Dios está con vos para hacerlo!

Decidir confiar.


Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. (Juan 16:33 NVI)

Jesús lleva mucho tiempo al lado de sus discípulos, cuando había una enfermedad, el sanaba a la persona y perdonaba sus pecados. En momentos de necesidad, Jesús simplemente oraba a su Padre y los alimentos eran multiplicados, y en aquellas situaciones en donde una tormenta amenazaba sus vida, sus discípulos vieron la mano poderosa de Jesús librándolos de la  muerte.

Pero ahora su maestro se estaba despidiendo, el debía estar con su Padre y por lo tanto les debe advertir de los peligros que iban a enfrentar después de su partida. Les dice que serian perseguidos, echados en la cárcel, amenazados de muerte, etc.

Los discípulos quedaron de seguro con mucho temor o miedo de lo que les podría suceder. Quiero tratar de imaginarme la cara de desesperación ¿Qué les depararía el futuro?, ¿Quién iba a rescatarlos? O ¿Quién haría todas las cosas que solo el Jesús podía hacer? Parecía que se habían acabado los días de color rosa y se acercaban unos días tremendamente oscuros para cada uno de ellos.
Jesús, su amigo, quien en pocas horas iba a dar su propia vida por amor a ellos, no le promete a sus seguidores vidas cómodas, conquistas y un futuro exitoso, durísimo ¿No? Aunque algunos lo dicen y lo piensan de esa manera.
Pero si les dice algo que cambiaría lo terrorífico de la situación.
·         En primer lugar Jesús les deja su paz y segundo les pide que confíen en Él. Ya que ellos no podrían verlo, pero podían confiar en que Él aún estaba ahí y estaría con ellos aún en los momentos más difíciles. Los discípulos no caminarían más a su lado, pero podían tener la seguridad de que no estarían caminando solos, porque Él nunca los dejaría solosparte de su promesa es esa.
·         Dios sabía de antemano los problemas y dificultades que tendríamos que enfrentar, pero Él prometió esta misma paz para mi vida, la tuya y la de todos. Solo necesitamos confiar, creer que a su lado estaremos bien y descansar en su promesa.
·         ¿Estás dispuesto a tomar esa actitud? Es una decisión y está en tus manos.
Para llevarlo en la mente durante el día: La paz de Dios no es para aquellos que no tienen dificultades, sino para quienes han decidido confiar en Él.
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Miralo desde arriba: Dios está esperando que confíes en Él para darte la paz que te hace falta para superar todas las dificultades a las que debas enfrentarte. Viendo los problemas desde su perspectiva, nos damos cuenta que podemos enfrentarnos a cualquier cosa que pueda venir.

Miralo desde abajo: Más de una vez caemos en desesperación porque vemos lo feroz de una tormenta. Reclamamos y creemos que Dios nos abandonó, o que justo en ese momento estaba mirando para otro lado ¿No nos dimos cuenta que nunca dejó nuestra barca?

Miralo desde Adentro: Las promesas de Dios de que nos va a acompañar y darnos paz deben hacerse reales en nuestro corazón. Las diferentes pruebas a las que nos vayamos a enfrentar en nuestra vida tienen que generar una mayor confianza en su palabra y más seguridad en que estamos creyendo en un Dios poderoso.

Miralo hacia Afuera: Tu reacción ante las dificultades que debas enfrentar va a evidenciar qué tan aferrado estás a sus promesas. Si frente a un problema perdés el control, es evidente que todavía no se te reveló su paz. Al contrario, si reaccionas con paz y confianza aún en la situación más adversa, vas a ser de testimonio para que otros puedan ver la obra de Dios en las personas. 

¿De qué material estás hecho?


Cuantas cosas Dios hizo por nosotros, aún cuando no lo merecíamos, y todavía hoy, después de un tiempo de haberlo conocido, aún lo sigue haciendo. Cuando nos bendice, cuida, protege, defiende, perdona, y mucho más. Esto despierta en nosotros un agradecimiento indescriptible, que nos motiva a querer hacer algo para poder corresponderle en ese amor.
“Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles.” 2 Timoteo 2:20
Lamentablemente, no todos los utensilios sirven como Él quisiera. Si te pones a pensar en tu casa, podés recordar que muchas de tus cosas, son en su mayoría de un material común, como madera o plástico, y no usas esos instrumentos de igual forma que los que son de oro, porque tienen un valor diferente, representa algo más importante y además no se puede sustituir fácilmente por otro de material corriente.
“Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.” 2 Timoteo 2:21
Cuando una pareja se casa, a cada cónyuge se le entrega un anillo de oro, porque este material,  siempre representa la pureza y la calidad. De la misma manera Dios pide esto de nosotros, que seamos instrumentos puros, apartados de toda suciedad, que caminemos en santidad, para que de esta manera no seamos cualquier instrumento dentro de la casa del Señor, sino, instrumentos de honra.
Si estás sirviendo a Dios, la pregunta es: ¿De qué manera le servís? Nosotros somos llamados a ser instrumentos de oro, a quien el Señor pueda usar en su casa de tal manera que nadie pueda reemplazarlo, no importar en qué ministerio, lugar o posición rendís tu servicio, en todo lo que hagas busca pureza y calidad, para ser ese instrumento de valor, que es apreciado más de dos veces.
Hoy quiero animarte a recordar todo lo que Dios hizo por vos. Él te amó primero y te buscó a pesar de que muchas veces le diste la espalda. Se encontraba presente en el momento que más lo necesitabas, aunque lo hayas buscado como la última alternativa. Recordá que El mismo decidió ser hijo de hombre para que vos puedas ser hijo de Dios, decidite a servir al Señor como Él se merece.
¡Nunca olvides lo que Dios ha hecho por vos y de esta manera siempre decidirás ser ese instrumento de valor para Él!
¡No seas parte del montón, hacé la diferencia!
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Miralo desde arriba: El sacrificio de amor más grande de la historia, fue el que hizo Dios por nosotros a través de su hijo Jesús ¿Acaso hubiera servido que enviara a alguno de sus ángeles a morir por nosotros? Dios te dio lo mejor que Él podía darte ¿Acaso vos pretendes darle menos?

Miralo desde abajo: ¿Dónde está el límite de la excelencia? ¿Cuándo me doy cuenta que estoy viviendo una vida de santidad? La intimidad con Dios es esencial para responder estas peguntas. Consultas que deberíamos hacer cada mañana, buscando simplemente agradar a nuestro Dios.

Miralo desde Adentro: ¿Cuántas veces dimos el mínimo sabiendo que podíamos dar más? ¿Cuándo fue la última vez que sentiste que lo que le estregabas a Dios te estaba COSTANDO? Pretendemos que Dios se conforme con el mínimo esfuerzo, sin tener en cuenta el máximo que hizo Dios por nosotros. A partir de ahora pensemos en dar el máximo ¡Lo mejor que podemos hacer!

Miralo hacia Afuera: La excelencia en lo que hacemos tiene que tener como único objetivo darle la Gloria a Dios. El reflejo de Su Gloria en nuestras vidas repercutirá en forma positiva en todo lo que hagamos ¿Somos buenos en algo? Podemos ser mejores cuando TODO lo que hagamos sea dedicado exclusivamente para Él. 

Amar al Extremo.


¡¡Buenos días!!

Ultimo devocional previo a las bendiciones del fin de semana, así que para prepararnos les comparto una pequeña enseñanza que nos deja  el Profeta Habacuc  ante una realidad desfavorable.

“Aunque la higuera no dé renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así yo me regocijaré en el Señor, ¡Me alegraré en Dios, mi libertador!”.
(Habacuc 3: 17-18 NVI).

Aunque el profeta vive las consecuencias de una batalla, la desolación y hambre que puede significar la improductividad de sus tierras; se alegra en Dios, pues es su fuente inagotable de confianza, de fuerzas.

Aunque la situación no es la mejor, Habacuc demuestra el brillo de la gloria de Dios en sus palabras, en una actitud de alegría y adoración.

Es un verdadero reto expresar y ofrecer adoración a Dios cuando estamos atravesando tiempos difíciles. Si queremos agradar a Dios, necesitamos asumir el desafío de ser adoradores en todo tiempo.

Adoremos en tiempos de aflicción

Muchas veces podemos caer en la trampa de decir o poner como excusa que “no lo sentimos”. Es cierto que somos humanos y por lo tanto tenemos emociones pero no debemos dejar que nuestras emociones (tristeza, enojo, mal humor, desanimo, cansancio), determinen y condicionen nuestra adoración a Dios.

“La adoración puede ocurrir cuando el creyente se encuentra en la hora más oscura y afirma la soberanía de Dios a pesar de las circunstancias” – (Bob Sorge).

Adoremos mientras esperamos las promesas de Dios

Adorar en estos momentos de ansiedad,  hará que esta actitud de preocupación se transforme en una actitud de confianza, lo que por consecuencia además traerá paz y alegría a nuestra vida. Cuando lo adoramos lo exaltamos a lo sumo y nuestros problemas se vuelven insignificantes en su presencia.

Adoremos en tiempo de prosperidad y bendición

Pareciera obvio que es el mejor momento para adorar al Señor, pero muchas veces en estas situaciones  de abundancia, de bendiciones; apartamos nuestro corazón de Dios y nos independizamos de él. (Claro ejemplo cuando Dios nos concede el trabajo que necesitábamos y ya no nos podemos levantar para orar o ir a la iglesia)

No olvidemos las promesas de Dios y aun cuando sean cumplidas sigamos teniendo un corazón que lo honre y sea agradecido.

“¡Ofrece a Dios tu Gratitud, cumple tus promesas al Altísimo! Invócame en el día de angustia, yo te librare y tú me honrarás” – Salmos 50: 14-15.

La adoración muchas veces cuesta, involucra toda nuestra vida. Según el diccionario adorar es AMAR AL EXTREMO. Por lo tanto, si estamos convencidos del amor que le tenemos manifestemos ese amor en nuestra adoración, no solo en reuniones, si no cada día de nuestras vidas.

Seamos extremistas, expresivos, levantemos nuestras manos, arrodillémonos, adoremos con una sonrisa, expresemos la adoración a aquel que se entrego en totalidad por nosotros.  

Hay muchas maneras de adorar al Señor, lo importante es que encuentres la manera para abrirte y expresarte delante del Señor. No hay una posición “correcta” para hacerlo, lo único que debe ser correcto delante de Dios, es el corazón que se humilla para adorarlo (sin importar el lugar, la vergüenza, el que dirán, etc.), desde lo más profundo de su corazón.

“Por lo tanto hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios” (Romanos 12.1)

Esta de mas decirlo, no lo adoramos por lo que él hace, nos dé, cuando nos bendice o cuando lo necesitamos, Lo adoramos por lo que él es.

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Miralo desde arriba: La adoración puede generar el movimiento más impresionante del cielo. Sacarle una sonrisa a Dios con nuestra adoración tiene que ser el objetivo de cada día. Dios ama ver a sus hijos en adoración, y promete manifestarse en cada lugar que se adore ¡Qué increíble experiencia podemos vivir cada día!

Miralo desde abajo: La adoración puede resultar difícil en algunas situaciones, pero la sanidad y la libertad que hay en nuestra vida cuando nos determinamos a adorar resulta más poderosa de lo que imaginemos. Su sola presencia en la adoración desata los milagros más sorprendentes.

Miralo desde Adentro: ¿Cuál es tu motivación más grande al momento de adorar? Si nuestra adoración es una mera respuesta a una bendición debemos entender que Dios merece ser adorado en cualquier circunstancia. Analizate, y pedile a Dios que te motive correctamente. Que la revelación de una real adoración llegue a transformarte de un mero adorador reactivo a un adorador extremista.

Miralo hacia Afuera: ¿Qué consecuencias puede traer al resto una vida de adoración? Un corazón agradecido, confiado. Una persona que trasmite Fe y puede dar contención y esperanza a quien lo está necesitando. La adoración a Dios te convierte en una expresión pública de la verdad de Dios que cualquiera puede interpretar.

Agradecido vs. Quejoso


¡¡Buenos días!!  Les deseo las mejores bendiciones en este jueves.
Hoy una pequeña reflexión, pequeña pero importante…

Agradecido vs. Quejoso

Si queremos seguir adquiriendo el carácter de Cristo en nuestra vida y reflejar la mejor publicidad de Él, no debemos dejar de considerar nuestra manera de hablar.

Y… ¿Quién no se quejo alguna vez? ¿Por lo que tiene? ¿Por lo que no tiene? ¿Por las situaciones? ¿Por la familia? ¿Por qué no salen las cosas como queremos? ¿Por las personas que nos rodean? ¿Por el clima? ¿Por el trabajo? ¿Por los discípulos? ¿Por los lideres? etc. etc.

Si anotáramos cada día, cuantas veces nos quejamos por algo en vez de agradecer, nos daríamos cuenta que es algo habitual en nuestras vidas.

Pero esto no le agrada a Dios y tampoco nos beneficia a nosotros mismos.

En primer lugar la queja nos amarga la vida, es una característica de una persona depresiva y no de un hijo de Dios. ”Me quejaba y desmayaba mi espíritu” (Salmos 77:3b NVI)

La queja no nos deja salir adelante sino más bien nos entristece, nos angustia  ¿Cuantos conocemos a esas personas quejosas que se las conoce mas como personas amargadas, negativas y solitarias a las que no nos gustaría estar a su lado?

Así también,  la queja no nos ofrece nada bueno, no es provechosa para nuestra vida. “Obedézcanlos a fin de que ellos cumplan su tarea con alegría, y sin quejarse, pues el quejarse no les trae ninguno provecho” (Hebreos 13:17).  

La queja es lo mismo que la murmuración y Dios condena estas cosas, bien sabemos cómo desagradó a Dios cuando los hermanos de Moisés murmuraron contra él (Algo que muchas veces es cotidiano), Dios lo aborrece y no quiere que este en nuestras vidas, pues nos acarrea condenación y malas consecuencias para nuestras vidas. (Estudios dicen que las personas que se quejan muchos tienen menos años de vida).

Y por último, la queja en nuestra vida nos estanca, no nos deja recibir las bendiciones del cielo. Cuando los israelitas salieron de Egipto su camino a la tierra prometida era un recorrido de 11 días, pero ellos tardaron 40 años.

Si leemos bien desde que salieron se quejaban por lo que estaban viviendo, se quejan porque no tienen para comer, después porque querían carne, porque añoraban lo que comían en Egipto, porque temían a nuevas tierras, se quejaban y se quejaban.

El hermano mayor de la parábola del hijo prodigo, se quejo contra su padre cuando se hizo fiesta por su hermano menor, ese pensamiento de queja o crítica no dejaba que él disfrutara de todas las bendiciones que él tenía en la casa de su padre y a las que le era posible acceder.

Lo contrario de la queja es el dar gracias, ello nos prepara para recibir otras bendiciones. No te quejes por lo que no tenés, al contrario,  agradece por lo que ya tenés.

Rodeate de personas que te contagien los pensamientos de Cristo, el lenguaje del cielo, personas de Fe;  esto hará que muchos sean bendecidos por tu vida y seamos de edificación en el lugar donde estamos.

Ante todas las circunstancias tenemos la libertad de optar por agradecer o quejarnos. Y eso desatara bendiciones o maldiciones en nuestra vida. Demostrara lo que hay en tus pensamientos, en tu corazón.

“El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón  produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca” – (Lucas 6:45)

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Miralo desde arriba: Lo que estás viviendo hoy puede ser bueno, pero tu actitud de queja es la principal traba que tiene Dios para seguir trayendo bendición a tu vida. Si no te está faltando nada ¿Por qué la queja? Si sabes estar agradecido, Dios sabrá que vale la pena bendecirte cada vez más.

Miralo desde abajo: Muchas veces disfrazamos nuestra queja como simples peticiones. Creemos que podemos engañar a Dios con una oración que suene bien. Lo cierto es que no podemos, la queja o el agradecimiento son actitudes que nacen primero en el corazón, y ahí no hay careta que alcance.

Miralo desde Adentro: Queremos ser agradecidos, pero nos NACE la queja. Es momento de analizar la actitud de nuestro corazón ¿Es difícil? ¡Claro! Nadie reprogramar nuestro corazón iba a ser fácil. El agradecimiento es una actitud que se practica. Ejercita el agradecimiento en tu vida cada mañana.

Miralo hacia Afuera: Ser agradecido no solo te convierte en una persona distendida, despreocupada y alegre, sino que también te ayuda a ser atenta a la queja de los demás. En el momento en que acostumbres tu oído a la palabra “Gracias”, una queja te va a sonar raro ¡Dios te va a usar para que transformes tu entorno! La queja no debe ser común en el ambiente que te rodea.