Amar al Extremo.


¡¡Buenos días!!

Ultimo devocional previo a las bendiciones del fin de semana, así que para prepararnos les comparto una pequeña enseñanza que nos deja  el Profeta Habacuc  ante una realidad desfavorable.

“Aunque la higuera no dé renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así yo me regocijaré en el Señor, ¡Me alegraré en Dios, mi libertador!”.
(Habacuc 3: 17-18 NVI).

Aunque el profeta vive las consecuencias de una batalla, la desolación y hambre que puede significar la improductividad de sus tierras; se alegra en Dios, pues es su fuente inagotable de confianza, de fuerzas.

Aunque la situación no es la mejor, Habacuc demuestra el brillo de la gloria de Dios en sus palabras, en una actitud de alegría y adoración.

Es un verdadero reto expresar y ofrecer adoración a Dios cuando estamos atravesando tiempos difíciles. Si queremos agradar a Dios, necesitamos asumir el desafío de ser adoradores en todo tiempo.

Adoremos en tiempos de aflicción

Muchas veces podemos caer en la trampa de decir o poner como excusa que “no lo sentimos”. Es cierto que somos humanos y por lo tanto tenemos emociones pero no debemos dejar que nuestras emociones (tristeza, enojo, mal humor, desanimo, cansancio), determinen y condicionen nuestra adoración a Dios.

“La adoración puede ocurrir cuando el creyente se encuentra en la hora más oscura y afirma la soberanía de Dios a pesar de las circunstancias” – (Bob Sorge).

Adoremos mientras esperamos las promesas de Dios

Adorar en estos momentos de ansiedad,  hará que esta actitud de preocupación se transforme en una actitud de confianza, lo que por consecuencia además traerá paz y alegría a nuestra vida. Cuando lo adoramos lo exaltamos a lo sumo y nuestros problemas se vuelven insignificantes en su presencia.

Adoremos en tiempo de prosperidad y bendición

Pareciera obvio que es el mejor momento para adorar al Señor, pero muchas veces en estas situaciones  de abundancia, de bendiciones; apartamos nuestro corazón de Dios y nos independizamos de él. (Claro ejemplo cuando Dios nos concede el trabajo que necesitábamos y ya no nos podemos levantar para orar o ir a la iglesia)

No olvidemos las promesas de Dios y aun cuando sean cumplidas sigamos teniendo un corazón que lo honre y sea agradecido.

“¡Ofrece a Dios tu Gratitud, cumple tus promesas al Altísimo! Invócame en el día de angustia, yo te librare y tú me honrarás” – Salmos 50: 14-15.

La adoración muchas veces cuesta, involucra toda nuestra vida. Según el diccionario adorar es AMAR AL EXTREMO. Por lo tanto, si estamos convencidos del amor que le tenemos manifestemos ese amor en nuestra adoración, no solo en reuniones, si no cada día de nuestras vidas.

Seamos extremistas, expresivos, levantemos nuestras manos, arrodillémonos, adoremos con una sonrisa, expresemos la adoración a aquel que se entrego en totalidad por nosotros.  

Hay muchas maneras de adorar al Señor, lo importante es que encuentres la manera para abrirte y expresarte delante del Señor. No hay una posición “correcta” para hacerlo, lo único que debe ser correcto delante de Dios, es el corazón que se humilla para adorarlo (sin importar el lugar, la vergüenza, el que dirán, etc.), desde lo más profundo de su corazón.

“Por lo tanto hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios” (Romanos 12.1)

Esta de mas decirlo, no lo adoramos por lo que él hace, nos dé, cuando nos bendice o cuando lo necesitamos, Lo adoramos por lo que él es.

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Miralo desde arriba: La adoración puede generar el movimiento más impresionante del cielo. Sacarle una sonrisa a Dios con nuestra adoración tiene que ser el objetivo de cada día. Dios ama ver a sus hijos en adoración, y promete manifestarse en cada lugar que se adore ¡Qué increíble experiencia podemos vivir cada día!

Miralo desde abajo: La adoración puede resultar difícil en algunas situaciones, pero la sanidad y la libertad que hay en nuestra vida cuando nos determinamos a adorar resulta más poderosa de lo que imaginemos. Su sola presencia en la adoración desata los milagros más sorprendentes.

Miralo desde Adentro: ¿Cuál es tu motivación más grande al momento de adorar? Si nuestra adoración es una mera respuesta a una bendición debemos entender que Dios merece ser adorado en cualquier circunstancia. Analizate, y pedile a Dios que te motive correctamente. Que la revelación de una real adoración llegue a transformarte de un mero adorador reactivo a un adorador extremista.

Miralo hacia Afuera: ¿Qué consecuencias puede traer al resto una vida de adoración? Un corazón agradecido, confiado. Una persona que trasmite Fe y puede dar contención y esperanza a quien lo está necesitando. La adoración a Dios te convierte en una expresión pública de la verdad de Dios que cualquiera puede interpretar.

Agradecido vs. Quejoso


¡¡Buenos días!!  Les deseo las mejores bendiciones en este jueves.
Hoy una pequeña reflexión, pequeña pero importante…

Agradecido vs. Quejoso

Si queremos seguir adquiriendo el carácter de Cristo en nuestra vida y reflejar la mejor publicidad de Él, no debemos dejar de considerar nuestra manera de hablar.

Y… ¿Quién no se quejo alguna vez? ¿Por lo que tiene? ¿Por lo que no tiene? ¿Por las situaciones? ¿Por la familia? ¿Por qué no salen las cosas como queremos? ¿Por las personas que nos rodean? ¿Por el clima? ¿Por el trabajo? ¿Por los discípulos? ¿Por los lideres? etc. etc.

Si anotáramos cada día, cuantas veces nos quejamos por algo en vez de agradecer, nos daríamos cuenta que es algo habitual en nuestras vidas.

Pero esto no le agrada a Dios y tampoco nos beneficia a nosotros mismos.

En primer lugar la queja nos amarga la vida, es una característica de una persona depresiva y no de un hijo de Dios. ”Me quejaba y desmayaba mi espíritu” (Salmos 77:3b NVI)

La queja no nos deja salir adelante sino más bien nos entristece, nos angustia  ¿Cuantos conocemos a esas personas quejosas que se las conoce mas como personas amargadas, negativas y solitarias a las que no nos gustaría estar a su lado?

Así también,  la queja no nos ofrece nada bueno, no es provechosa para nuestra vida. “Obedézcanlos a fin de que ellos cumplan su tarea con alegría, y sin quejarse, pues el quejarse no les trae ninguno provecho” (Hebreos 13:17).  

La queja es lo mismo que la murmuración y Dios condena estas cosas, bien sabemos cómo desagradó a Dios cuando los hermanos de Moisés murmuraron contra él (Algo que muchas veces es cotidiano), Dios lo aborrece y no quiere que este en nuestras vidas, pues nos acarrea condenación y malas consecuencias para nuestras vidas. (Estudios dicen que las personas que se quejan muchos tienen menos años de vida).

Y por último, la queja en nuestra vida nos estanca, no nos deja recibir las bendiciones del cielo. Cuando los israelitas salieron de Egipto su camino a la tierra prometida era un recorrido de 11 días, pero ellos tardaron 40 años.

Si leemos bien desde que salieron se quejaban por lo que estaban viviendo, se quejan porque no tienen para comer, después porque querían carne, porque añoraban lo que comían en Egipto, porque temían a nuevas tierras, se quejaban y se quejaban.

El hermano mayor de la parábola del hijo prodigo, se quejo contra su padre cuando se hizo fiesta por su hermano menor, ese pensamiento de queja o crítica no dejaba que él disfrutara de todas las bendiciones que él tenía en la casa de su padre y a las que le era posible acceder.

Lo contrario de la queja es el dar gracias, ello nos prepara para recibir otras bendiciones. No te quejes por lo que no tenés, al contrario,  agradece por lo que ya tenés.

Rodeate de personas que te contagien los pensamientos de Cristo, el lenguaje del cielo, personas de Fe;  esto hará que muchos sean bendecidos por tu vida y seamos de edificación en el lugar donde estamos.

Ante todas las circunstancias tenemos la libertad de optar por agradecer o quejarnos. Y eso desatara bendiciones o maldiciones en nuestra vida. Demostrara lo que hay en tus pensamientos, en tu corazón.

“El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón  produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca” – (Lucas 6:45)

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Miralo desde arriba: Lo que estás viviendo hoy puede ser bueno, pero tu actitud de queja es la principal traba que tiene Dios para seguir trayendo bendición a tu vida. Si no te está faltando nada ¿Por qué la queja? Si sabes estar agradecido, Dios sabrá que vale la pena bendecirte cada vez más.

Miralo desde abajo: Muchas veces disfrazamos nuestra queja como simples peticiones. Creemos que podemos engañar a Dios con una oración que suene bien. Lo cierto es que no podemos, la queja o el agradecimiento son actitudes que nacen primero en el corazón, y ahí no hay careta que alcance.

Miralo desde Adentro: Queremos ser agradecidos, pero nos NACE la queja. Es momento de analizar la actitud de nuestro corazón ¿Es difícil? ¡Claro! Nadie reprogramar nuestro corazón iba a ser fácil. El agradecimiento es una actitud que se practica. Ejercita el agradecimiento en tu vida cada mañana.

Miralo hacia Afuera: Ser agradecido no solo te convierte en una persona distendida, despreocupada y alegre, sino que también te ayuda a ser atenta a la queja de los demás. En el momento en que acostumbres tu oído a la palabra “Gracias”, una queja te va a sonar raro ¡Dios te va a usar para que transformes tu entorno! La queja no debe ser común en el ambiente que te rodea. 

COMBATIENDO LA PEREZA


¡Hola! ¿Cómo vamos esta semana? Seguimos un poco con estos devocionales de carácter práctico. Hoy les voy a hablar sobre…

COMBATIR LA PEREZA

¡Qué tema! Es uno de los que más me trato el Señor en esta época del año y al leer proverbios y ver los consejos de no ser perezosos y librarnos de las consecuencias que pueden traer.

“La pereza conduce al sueño profundo, el holgazán pasará hambre” – Proverbios 19: 15

La pereza es sinónimo de apatía, desidia, holgazanería, vagancia, flojedad, descuido, lentitud, inactividad, inercia, somnolencia. Toda persona llamada por Dios para esta visión de ganar y consolidar  corre el peligro de caer en el acomodamiento, el acostumbramiento y estancamientos de sus deseos, metas y esfuerzos.

Esta tendencia es totalmente humana y conocida, llegar a una estación del año y allí quedarse, aceptando la rutina y cayendo en el conformismo. El problema es que Dios tiene una visión mucho más grande y quiere darnos cosas grandes y gloriosas, para lo que requiere de personas, jóvenes esforzados que sean capaces de programar la visión de Dios.  

“Anda perezoso ¡Fíjate en la hormiga!, ¡Fíjate en la hormiga, y adquiere sabiduría! No tiene quien la mande, ni quien la vigile, ni quien la gobierne, con todo, en el verano almacena provisiones y durante la cosecha recoge alimentos. Perezoso ¿Cuánto tiempo más estarás acostado? ¿Cuándo despertaras de tu sueño? Un corto sueño, una breve siesta. Un pequeño descanso, cruzado de brazos… ¡Y te asaltara la pobreza como a un bandido y la escases como un hombre armado!” (Proverbios 6:6-11).

La virtud que manifiesta la hormiga está en su diligencia, en su capacidad de disciplinarse y organizarse, en su constancia y aprovechan todo el tiempo disponible.

La clave para vencer la pereza es:

1.    Disciplinarnos hacia un nuevo estilo de vida, desarrollando la habilidad de sujetarse, dominarse, someternos hacia lo que debe hacer y no hacia lo que deseamos hacer. Cuando los deseos y pensamientos de Dios se impregnan en nuestras vidas, disponemos todo nuestro ser, pensamientos y esfuerzos a hacerlos realidad.

2.    Desechemos todo pensamientos que nos llevan a vernos, sentirnos o creernos en debilidad y desafiémonos a ir una milla mas.

3.    Desarrollemos la firmeza y la constancia como una característica en nuestra vida. Jesús no quiere que sus discípulos sean inconstantes lo estableció en Lucas 6:62. Dios espera que cuando Él nos llama para la obra seamos capaces de poner el mayor esfuerzo y cosechar con diligencia y firmeza.

A un mes de terminar el año, no dejes que la pereza gane terreno en tu vida podrás echar a perder todo lo que lograste.

No dejes que la comodidad y el estancamiento entren en tu vida, recarga tus pilas en los brazos del Señor.

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Miralo desde arriba: Dios quiere que seas una persona activa, que constantemente busque renovar sus pensamientos y sus metas ¡Quiere verte de victoria en victoria! La decisión de actualizar nuestras metas es siempre nuestra.

 Miralo desde abajo: El cansancio y la pereza son comunes en nuestras vidas. Caemos constantemente en el error de generar rutinas en nuestras vidas que nos aplasten emocional y espiritualmente ¡Necesitamos activarnos! No dejemos de renovar nuestra mente todos los días.

Miralo desde Adentro: Todos necesitamos estar atentos al momento en el que caemos en la rutina. Analizar nuestras actividades diariamente, qué priorizamos y que dejamos como secundario y en qué nos basamos para categorizar nuestras actividades ¿Lo hacemos en los planes de Dios? ¿Lo hacemos en nuestros planes? ¿Ponemos primero Su voluntad antes de hacer tal o cual cosa? Son preguntas que deben ocupar las primeras horas del día.

Miralo hacia Afuera: Personas activas, animadas, fuertes, son las que Dios quiere usar para bendecir a otros en nuestra sociedad ¿Serás vos el próximo elegido? Todo lo que hagamos, siempre va a traer efectos en los que nos rodeen. 

Romper con la distracción

¡Buenos días!

Si ayer declaramos que comenzamos con una vida de éxito, de ganancia. No hay que dejar que nada arruine eso. Lo que les compartiré hoy trata de…

¡ROMPER CON LA DISTRACCIÓN!

Leamos en Cantares 2: 15 “Atrapen a las zorras, a esas zorras pequeñas que arruinan nuestros viñedos, nuestros viñedos en flor”.

En el libro de Cantares se desarrolla un dialogo entre dos enamorados. En este contexto ambos resuelven tomar medidas con todo lo que pueda echar a perder su relación.

La comparación con lo espiritual es muy sencilla, “El zorro se come el fruto de la vid, pero las pequeñas zorras estropean los tiernos pámpanos”. (Comentario bíblico M. Henrry).

Podríamos decir que estas pequeñas zorras echan a perder los pequeños comienzos y nos impiden seguir creciendo espiritualmente. Esas pequeñeces que parecen insignificantes, que no son peligrosas pero que pueden llegar a arruinarlo todo.

Los viñedos en sentido figurado representan nuestra familia, grupo de vida, nuestro ministerio, trabajo, etc. Las zorras pequeñas son todas aquellas cosas que buscan desviarnos de la agenda de Dios, como la distracción, y echan a perder todo el viñedo.

Distracción es sinónimo de descuido, despiste, olvido, desatención, inadvertencia, entretenimiento, omisión. Esto genera pérdida de tiempo, personas y recursos; buscará atrapar nuestra atención y pensamientos dándole importancia a lo no es de verdadero valor en el Reino.
Por causa de la distracción podemos estar en el lugar incorrecto al que deberiamos estar, con las personas incorrectas y con la agenda incorrecta.

¿Cómo vencer la distracción?

1.    Dale valor a lo que Dios le ha dado valor: Por ejemplo sabemos que Dios dió todo por las vidas humanas, apasionemosnos por lo que Dios le apasiona.

2.    Establece un orden de prioridades: Como nos enseña Mateo 6.33 “Mas bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas les serán añadidas”. Dios quiere que nos mantengamos enfocados. Buscamos por nuestra propia cuenta amigos, pareja, trabajo cuando la clave es buscarlo a Dios primeramente para que Él añada – a su tiempo – todo lo que necesitamos. Salgamos de este sistema de religiosidad y comencemos a vivir una vida de poder. Cuando nos ocupamos de sus negocios, Él se encarga de nuestra vida. (Lo mejor es que no se equivoca).

3.    Establece metas, objetivos diarios: Estos objetivos a cubrir en un periodo de tiempo como por ejemplo estos últimos meses (Y que mejor que incluyas tus vacaciones). Las metas te ayudaran a ordenar y seleccionar tus actividades de manera que la distracción no pueda interferir y finalmente terminaras siendo muy productivo; como por ejemplo un consolidador excelente dentro del Reino de Dios y no perderás ninguno.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4: 13).
Muchas veces (Y me pongo en primer lugar) como dice una amiga, no es que no podemos sino que no queremos.

De la mano de Dios puedes sacar esas pequeñas zorras que quieren arruinar nuestras vidas, IDENTIFICALAS Y DESATATE DE ELLAS.

“El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.” Juan 10:10

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Miralo desde arriba: Dios nos brinda los medios necesarios para poder filtrar esas pequeñas zorras que nos arruinan el viñedo. Las herramientas son nuestras, el respaldo y el poder de Dios para que lo hagamos está de nuestro lado.

Miralo desde abajo: A veces clamamos por un cambio profundo en un abrir y cerrar de ojos, cuando lo cierto es que los cambios grandes surgen de tomar decisiones. Pequeñas, todos los días. Dios quiere que nos pongamos de acuerdo con Él para que estas decisiones sean firmes y terminen de una vez con las zorras.

Miralo desde Adentro: ¿Cuántas veces esperaste soluciones mágicas de parte de Dios? ¿Cuántas veces te quejaste cuando en realidad no habías puesto de tu parte para terminar con esas pequeñas zorras? Dios tiene sus manos llenas de propósitos y poder para el cambio ¿Te paraste a buscarlos y tomarlos de sus manos?

Miralo hacia Afuera: Las pequeñas decisiones que traen cambios también van a traer oposición. No dudes que, cuando dejás a Dios tomar el control total en cada decisión, Él también se va a encargar de poner en orden tus amistades, tus grupos de amigos, los lugares a los que recurris habitualmente, etc. Siempre las mejores opciones para tu vida las encontrás en Él.

Rompiendo la maldición de la pérdida

¡Bienvenidos a nuestra cuarta semana! En esta semana quiero compartirles palabras que nos lleven a reflexionar y como consecuencia de ello, a poner en práctica y adquirir así (aun mas)  el carácter, la mente, las acciones de Cristo en nuestras vidas. Pues, si lo amamos, debemos andar como Él anduvo…

En este día, vamos a romper con la maldición de la pérdida…

Dios nos creo para manifestar su naturaleza, Dios es un ganador por excelencia, en su mente no existe la posibilidad de pérdida, Jesús lo dio todo para ganar al mundo y cuando llego el momento de su prueba final cumplió su misión y pudo confesar en Juan 18:9 “de los que me diste, no perdí ninguno”.

Somos una estirpe de jóvenes nacidos para GANAR, tener una vida en abundancia y que nuestro fruto permanezca.  La palabra de Dios afirma que hemos sido predestinados para salvación, (Jeremías 1:5).

Sin embargo pareciera que desde el vientre de nuestra madre se tejió un plan contrario al propósito de Dios para nuestras vidas, esto separo al hombre del plan original de Dios, y aquel que nació para triunfador, fue atrapado y encarcelado para una vida de perdida y desesperanza.

Como ya sabemos, nuestros pecados, nuestra ignorancia en algunas cosas o nuestras malas decisiones generan ataduras que controlan nuestra vida y nos llevan a ciclos repetitivos de perdida en lo moral, económico, sentimental, laboral, familiar, en la salud, etc., pero como no fuimos creados para perder si no para ganar, Dios envió a su hijo para liberar el verdadero potencial del ser humano disminuido por el pecado y a través del Espíritu Santo nos entrego las llaves de la victoria.

Hoy es necesario que pongas en funcionamiento tu verdadero ADN, el ADN de Cristo que nos creo y nos dio valor con su sangre para ser mas que vencedores en nuestras vidas.

Quedan algo así como 35 días para finalizar este año, evaluando… ¿Tu año fue de pérdida o ganancia? Si fue ganancia ¡Muy bien! ¡HAY MUCHO MÁS! Si por el contrario  hubo algunas pérdidas en algunas áreas de tu vida, es día de ponerte de acuerdo con Dios, pidiéndole la guía al Espíritu Santo para rechazar y sacar de tu vida todo lo relacionado a la perdida.

Mateo 18: 10-12 nos cuenta la parábola de la oveja perdida: “Que les parece si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿No dejara las noventa y nueve en las colinas para ir en busca de la extraviada?”

Nuestro buen pastor no considera como normal perder a una sola oveja, aunque les quede las 99, no se conformara con ello ¡No! No nos acostumbremos a perder oportunidades, a perder sueños, a perder las metas que nos propusimos este año, a perder el ánimo, la pasión, a perder familiares y amigos en una eternidad sin Cristo.

Otra parábola relacionada con esto es la de “La moneda perdida” dice así: “Supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una ¿No enciende una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?”

De esta parábola, además de no acostumbrarnos a la pérdida, podemos considerar que para no tener un espíritu de pérdida y comenzar a ganar en nuestra vida, debemos limpiar nuestra casa, nuestra vida.
Debemos ponernos en orden con Dios, con lo que sabemos que debemos hacer o cambiar de nosotros mismos. Al entrar en intimidad con Dios, el nos corrige en privado y nos lleva al éxito en público.
  • Debemos recuperar lo perdido en las emociones
  • Debemos recuperar lo perdido en el espíritu
  • Debemos recuperar lo perdido en la familia
  • Debemos recuperar lo perdido en la economía
No pares hasta recuperar lo que perdiste.

Renuncia a esta maldición de pérdida y declara que SOS UN GANADOR EN CADA ÁREA DE TU VIDA.

Sea como sea, con Cristo siempre vamos a ganar.
¡Bienvenido a esta vida de  éxito!

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Miralo desde arriba: Jesús no es como nosotros. Él no se acostumbra a perder nada. En su naturaleza no existe la perdida. Por lo tanto, imitemos a Jesús en esta característica.

Miralo desde abajo: En muchos casos nos hemos acostumbrado a que siempre haya algo a lo que no llegamos. Algo en lo que perdemos, y nos resignamos. Ahora que tendemos esto ¿Vas a dejar que la pérdida sea común en tu vida? No es para lo que fuiste formado.

Miralo desde adentro: El diablo siempre trabaja para traer perdidas en tu vida, para que no termines lo que comenzaste. Pero cuando activamos el verdadero ADN de Cristo, entendemos que nuestra naturaleza es la de un ganador.


Miralo hacia afuera: La maldición de la perdida en algún área de nuestra vida nos trae tristeza, frustraciones, desánimos por lo que no hacemos la mejor publicidad de lo que Dios hace por cada uno de nosotros. Activemos el éxito en nuestra vida, para que muchos puedan ser bendecidos, a través de nuestras vidas.

Un round más


En estos días me di cuenta que nunca dije buen día. Así que ¡Buen día para todos! ¡Este será un excelente día para vos y Dios!

Quisiera que te tomes este momento como muy íntimo. Es entre tu corazón y el de Dios. No hay nada más. No hay mentiras solo la verdad que conoces vos y el creador ¿Estás listo?

Pensando en la palabra de hoy, se me venía a la cabeza este relato bíblico:
Mateo 26: 31-35 “- Esta misma noche- dijo Jesús- todos ustedes me abandonaran, porque escrito esta: >Heriré al pastor, y se dispersaran las ovejas del rebaño<. Pero después de que yo resucite iré delante de ustedes a Galilea. –Aunque todos te abandonen- declaro Pedro –yo jamás lo hare”.

Y todos sabemos cómo termina la historia.

Hubo muchas veces en la vida, en las que me sentí como Pedro en ese momento. Momentos en los que le decía a Dios: “Si yo soy tuyo y no hay nada más hermoso que vos”, “Jamás te voy a dejar”, “Sos el tesoro más valioso de mi vida”; entre otras cosas.

Pero al igual que Pedro, mi declaración no duraba mucho tiempo, y lo primero que hacía era dejar a un lado al Dios que, hacía unos instantes, le había le declarado mi amor. Y luego de fallar de esa manera, lo que sentía en mi corazón era un peso incomparable y una tristeza de la que me costaba mucho salir.

Creo que el joven rico se debe haber sentido de la misma manera cuando escucho las palabras de Jesús ¿Te sentiste así alguna vez?

No quiero relatar la historia del joven nuevamente. Pero quiero que me acompañes con la imaginación (¡Acordate! Es bueno imaginarse la biblia).

El joven rico se fue triste y nunca más se volvió a hablar de él. Por lo menos en la biblia, pero ¿Qué crees que haya pasado con él? Yo imagino al joven caminando de camino a su casa, triste. Cuando de la nada le nace un pensamiento que le dice: ¿Qué hice? ¿Por qué le dije que no?

Ahí es cuando me imagino al joven, haciendo lo que haría todo cristiano comprometido como él. Arrodillarse y pedir perdón a Dios. Dejar que Dios restaure su corazón para tomar la decisión correcta y así cumplir su sueño y al fin encontrar la felicidad.  Yo creo que el joven un día vendió todo y se dedico a servir a Dios (Aclaro, es mi imaginación).

El punto es que, como el joven o Pedro, a muchos nos pasa que le hemos fallado a Dios y eso, quieras o no, siempre pesa en nuestros corazones.

¡Pero he aquí la buena noticia! ¡Dios está dispuesto a restaurarte y cumplir sus sueños en vos!

Ayer dijimos que hay cosas que nos toca a nosotros y otras a Dios. Este es el momento de dejarlo a Dios hacer lo que tiene que hacer. El te ama y lo que más anhela es tenerte a su lado. Él te hace apto para estar en su presencia y te libra de ese peso.

¡Hoy no tenés que hacer nada! Simplemente dejar a Dios remendar tu corazón para que un día, puedas decirle a Dios “Sí” con todas tus fuerzas, y que esa decisión sea inamovible ¡Ese día está cerca!

Juan 21: 15-17 (parafraseado): “Cuando terminaron de desayunar, Jesús le pregunto a Pedro: -¿Pedro me amas?  -Si señor tú sabes que te quiero- contesto Pedro. Jesús volvió a preguntarle: -¿Pedro me amas?  -Si señor tú sabes que te quiero. Por tercera vez Jesús le pregunto: ¿Pedro me quieres?  A Pedro le dolió que Jesús le preguntara tres veces, y le contesto: -señor, tu sabes todas las cosas. Tú sabes que te amo. Jesús le dijo –Apacienta mis ovejas.”

Hoy no tenés que hacer nada. Dios quiere restaurarte ¡Y devolverte todo! Quiere dejar en tus manos sus tesoros más preciados.

Hoy Dios te pregunta ¿Me amas?

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Miralo desde arriba: Dios no es como nosotros. Él cuando dice que se olvida, SE OLVIDA. No te mira con ojos de condenación cuando caes y fallas, te mira con ojos de misericordia ¡Su amor es incomparable!

Miralo desde abajo: El fallar nos llena de vergüenza, nos limita, nos convierte en limitados espirituales. Conocer que la gracia y la misericordia de Dios abundan nos permite tener la fortaleza para levantarnos y enfrentar cada error.

Miralo desde adentro: El diablo siempre trabaja señalando tu error. Echándote la culpa, por lo cual la culpa no viene de Dios. El arrepentimiento verdadero es el que viene de Dios y es el que trae verdaderos cambios a tu interior.

Miralo hacia afuera: El desánimo, la vergüenza, la tristeza, son consecuencias de errores que cometemos. Nos aíslan, cambian nuestro ánimo, cambian nuestra forma de relacionarnos con los demás. El recibir el perdón, y la restitución de parte de Dios, cambian totalmente nuestra forma de tratar con el exterior. Si estoy bien con Dios, estoy  bien con el resto. 

Todo tiene su recompensa


La historia del joven rico termina con una promesa de recompensa de parte de Dios.

Mateo 19: 27-29 dice: “¡Mira, nosotros hemos dejado todo para seguirte!- le reclamo Pedro- . ¿Y que ganamos con eso? –Les aseguro que en la renovación de todas las cosas, cuando el hijo del hombre se siente en su trono glorificado, ustedes que me han seguido se sentaran también en doce tronos para gobernar a las doce tribus de Israel. Y todo el que por mi causa haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o terrenos, recibirá cien veces más y heredara la vida eterna.

Jesús nos enseña que todo el sacrificio que nosotros hacemos es recompensado.  Sería como un trabajo secular, en donde uno se esfuerza en llegar a horario, hace sus tareas con calidad y esmero, y al llegar principio de mes recibe su sueldo, su recompensa.

Te estarás preguntando ¿Cómo, acaso Dios no dijo que NO era por nuestras fuerzas sino por SU espíritu? ¿Acaso la salvación no es gratis? Entre otras ¡Si! Eso es así. Sin duda estas en lo cierto.

Pero tenemos que aprender a diferenciar entre las cosas que Dios nos regala (la salvación, los dones, etc.), de las que nos ganamos.

Dicho de otra forma: Dios nos regala el privilegio de poder estar delante de él creyendo en su hijo. Es nuestro trabajo vivir esa intimidad. La santidad es por su gracia, pero es nuestro esfuerzo morir a nosotros todos los días para que Él nos haga santos.

Es decir, tu esfuerzo es necesario, sólo si querés más de Dios, o de lo que Dios tiene para tu vida.

No tengo mucho para agregar, sólo dos preguntas: ¿Querés más para tu vida? ¿Qué estás dispuesto a dejar para alcanzarlo?

¡La recompensa de Dios es grande! Y hasta es más grande de lo que nosotros podríamos llegar a tener.

Dios está loco, o pareciera que no sabe hacer negocios ¡Sale perdiendo! Su ecuación es:
- Deja 1 padre = yo le doy 100 padres
- Deja 1 hermano = yo le doy 100 hermanos.

Decime la verdad… ¿No está loco? Pero Él lo hace porque te ama y quiere darte lo mejor, y todo lo que Él pueda ¡Como un papá a un hijo! Lo hermoso es que Él cumple sus promesas.

Dios es fiel. Vuelvo a preguntar ¿Querés más para tu vida? ¿Qué estás dispuesto a dejar para alcanzarlo?

SACRIFICIO = RECOMPENSA DE DIOS
Dios espera tu respuesta.

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Miralo desde arriba: ¡Dios es tan generoso! Las recompensas y bendiciones están al alcance de tu mano. Solamente espera que busques de todo corazón lo grande y bueno que Él tiene para vos.

Miralo desde abajo: Hay personas que se conforman sólo con lo que viene por gracia (O gratis) de parte de Dios. Otros deciden doblar sus rodillas y buscar las recompensas que hay en su presencia ¿En qué lugar estas vos?

Miralo desde adentro: Saber que hay recompensas para los que se esfuerzan nos hace entender una cosa ¿Estás viendo recompensas llegar a tu vida? Si no es así, momento decidir levantarse y tomarlas ¡La decisión es tuya!

Miralo hacia afuera: Como todo, tus recompensas no van a pasar inadvertidas a tu entorno. Tu ambiente se va a ver bendecido por lo que puedas traer a él en tu búsqueda por recompensas.