Consejos ¿Lo tomo o no lo tomo?


¡Buenos días! ¿¡Estás preparado para recibir algo de parte de Dios!? ¡Buenísimo! Entonces acompañame en este devo.

Estamos hablando del relato del joven rico ¿Te acordás? Hay algo en esta historia que llama mucho la atención.

Mateo 19: 16 comienza así: “Sucedió que un hombre se acercó a Jesús y le preguntó: maestro, ¿Qué de bueno tengo que hacer para obtener la vida eterna?

Ayer dijimos que el joven andaba en busca de algo. Y no tuvo mejor idea que pedir consejo y como si fuera poco, al más indicado ¡¡Wow!! ¿Cuándo se vio a un joven pidiendo o escuchando un consejo? ¡Eso es un milagro! (Jaja, es broma).

Hablando en serio. En mi liderazgo me ha tocado muchas veces aconsejar a otros en muchas cosas, pero con la salvedad que esas personas no buscaban mi consejo.

Era mi pensamiento que me decía: “Este joven necesita un buen consejo, una buena charla de dos horas para entender algunas cosas”. Hoy pienso en eso y me río, pero a la vez me da vergüenza ¡Se notaba que me gustaba aconsejar! ¿A qué quiero llegar?

A veces los jóvenes no sabemos pedir consejos o recibirlos porque no le damos la importancia que se merecen. Los tomamos como una "religión" de nuestros padres o “costumbres” de las personas que ya han vivido muchos años, sin embargo los consejos pueden hasta salvar vidas.

Les doy un ejemplo: Tengo un hijo llamado Tobías. Cuando él tenía 1 año y medio, daba vueltas por toda la casa jugando. Parecía nunca acabarse su energía. Siempre le dijimos que tenga cuidado con los calefactores porque podía lastimarse.

Un día, jugando como siempre, estábamos con mi esposa en la cocina y escuchamos un grito muy fuerte desde nuestra habitación. Nos miramos y salimos corriendo a ver que había pasado. Nos encontramos con Tobías llorando, agarrando su brazo y ALEJANDOSE DEL CALEFACTOR. Sí. había sucedido. Se había quemado con el calefactor.

Por más que nosotros le hayamos dicho que se alejara de ahí, él siguió insistiendo hasta que se lastimó. Lo bueno es que eso le ayudó a entender que sus padres le decimos y enseñamos cosas que son para cuidarlo, y ahora toma todo lo que le enseñamos.

A veces nosotros somos similares a Tobías, con la salvedad que tenemos mucha más edad. Nos aconsejan, nos dicen cosas o nos cuentan testimonios y pensamos “Sí, yo ya se eso”; “Ya soy grande y puedo hacerme cargo de mi decisión”. Sin embargo luego somos los primeros que venimos llorando a pedir ayuda cuando todo nos salió mal.

“Cuando falta el consejo, fracasan los planes. Cuando abunda el consejo, prosperan” Proverbios 15: 22

¿Querés ser una persona sabia e inteligente, que tome las mejores decisiones para su vida? Entonces debes aprender a pedir consejos y sobre todo a escucharlos, recibirlos y ¡Practicarlos!. Te vas a ahorrar muchos dolores de cabeza.

El libro de Proverbios es un libro lleno de consejos, al igual que los Evangelios (Las Bienaventuranzas). Hay mucha gente que te quiere y que anhela que te vaya bien en la vida (Tus padres, tu líder, tu pastor, algún adulto que tomes como referencia, un amigo que realmente te diga lo que tenés que escuchar y no lo que querés escuchar, hay diferencia en eso).

A esas personas debes escuchar y aprender de sus experiencias, y sin duda tu vida va a prosperar ¿Estás dispuesto a dejar a un lado tu “sabiduría” para adquirir conocimiento en los consejos?

¡Quiero invitarte a que este día puedas buscar consejos! Recordá que el mejor consejero es LA PALABRA DE DIOS! Pero siempre alguien puede ayudarte a interpretarla. Este es mi consejo: “busca muchos consejos, porque te va a ir bien”

Tomate cuatro minutos más

Miralo desde arriba: Dios está dispuesto a hablarnos. Quiere hacerlo y de verdad se encuentra hablando a tu vida constantemente. Los concejos en personas más sabias son muchas veces la respuesta que estabas esperando de Dios a tal o cual problema. O el indicio que necesitabas para saber qué decisión tomar. Tenés que estar atento y dispuesto.

Miralo desde abajo: Esperamos que Dios nos hable de forma sobrenatural. Que nos profeticen, recibir “una palabra” o una revelación. Pero estamos cerrados a las respuestas sencillas que pueden venir en un consejo. Disposición es la actitud correcta ante la necesidad de una respuesta.

Miralo desde adentro: Hacete una auto crítica, analizate ¿Sos una persona que se deja aconsejar? ¿Podría ser alguien más dispuesto al consejo de otros? ¿Se los estás pidiendo a las personas adecuadas? Son preguntas que hay que hacerse bastante seguido, una y otra vez.

Miralo hacia afuera: Todo lo que pasa en  nuestro interior tiene su correlato en el exterior. Si sos una persona que se deja moldear, que se deja aconsejar, las evidencias van a ser notorias. Las personas van a saber reconocer eso en vos porque va a ser evidente. 

2 comentarios:

  1. que bueno es aprender a tomar los buenos consejos y tener el privilegio de tener al mejor consejero que es Dios mismoo -
    aprender a preguntarle y consultarle a Dios todo debemos tener la dependencia total de El-
    muy bueno dani...
    Gloria.M

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  2. muy buenooo!
    en la abundancia de consejos esta la victoria!
    gracias por sus devos chicos!

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