Con la vista en el cielo


Siguiendo la historia del joven rico (otra vez). Al leer esta historia, no deja de sorprenderme el por qué una persona fue capaz de decir no al llamado de Jesús.

Dijimos anteayer que el joven estaba buscando algo que le faltaba Estuvo desesperado, buscando donde estaría la fuente para ser feliz. Lo sorprendente es que cuando supo lo que debía hacer, para alcanzar la felicidad y sus sueños, tomo la peor decisión de su vida: decir que no.

Mateo 19: 21 dice: “-Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. 22- cuando el joven oyó esto, se fue triste porque tenía muchas riquezas.”

Cuando leo ese verso, se me vienen a la cabeza muchos recuerdos de películas y dibujos en los que preguntan ¿Cuál es el sentido de la vida? En ese momento, automáticamente se corta la imagen y uno queda pensando en cuál será la respuesta.

A mucha gente le sucede esto. Andan buscando a alguien, a algún iluminado, que pueda contestar exactamente todas las preguntas que están inconclusas en sus vidas. Generalmente eso nos pasa con los profetas.

Cuando nos enteramos que viene alguno, nos ponemos a orar o interceder ¡Hasta ayunamos con tal de que haya una profecía para nosotros! Eso no es malo, lo malo es lo que le paso al joven, o mejor dicho, lo que paso con él.

Como muy poca gente, el joven encontró a una persona (profeta) que le dijo exactamente cuál era la fórmula para alcanzar la felicidad (vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo). Lo triste es que teniendo la respuesta en la palma de sus manos, el joven no supo responder de acuerdo a lo que Jesús le había dicho.

¿Por qué un varón de Dios sería capaz de decir no al llamado? Por su visión. El joven estaba enfocado en los tesoros y en las riquezas que tenía en la tierra y no en los tesoros que podía alcanzar en el cielo.

Yo me imagino el momento en que Jesús le dice “vende todo y dáselo a los pobres” (¡Hay que usar la imaginación para leer la biblia!). Lo imagino al joven mirando todas sus pertenencias alrededor de él, pensando en todo lo que le costó alcanzar lo que tenia, y puedo ver como su rostro empieza a inclinarse apuntando al suelo, mientras se da media vuelta para retirarse del lugar.

Que increíble. Pero esto sucede solo por tener la vista en la tierra.
Mateo 6: 19-21 dice: “No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen; más bien acumulen tesoros en el cielo donde ni la polilla ni el óxido destruyen. Porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón”.

Jesús nos enseña en este versículo que nuestra visión no debe enfocarse en lo que hay en la tierra. Dejame explicarte, si yo pongo la vista en las cosas de la tierra, todo lo que hago, lo haría con esa motivación, las cosas de la tierra.

En cambio, si yo pongo mi vista en las cosas del cielo, todo lo que hago lo haría con esa motivación. Es decir en donde este tu visión, esta tu recompensa.

¿Porque el joven se fue triste? Porque la tierra no da alegría ¡Solo Dios da alegría! El joven decidió quedarse con las cosas de la tierra, pero el paquete es completo: lo material (sus riquezas), mas todo lo que hay en la tierra: tristeza, amargura, falta de perdón, impaciencia, bronca, odio, etc.

Si decidís por el cielo el paquete también es completo: gozo, felicidad, paz, tranquilidad, alegría, esperanza ¡Y todas las promesas que están en las hojas de la biblia! Hasta las cosas materiales. Es decir el paquete viene completo ¡Y elevado al cuadrado!

Pregunto… ¿Donde está puesta tu visión? ¿En donde estas acumulando tesoros?
Prepara tu corazón para que, cuando llegue el día en que te contesten la gran pregunta de tu vida, puedas responder SI al llamado de Dios.

Tomate cuatro minutos más

Miralo desde arriba: Todo lo que puedas llegar a necesitar para que tu vida sea plena, Dios ya lo tiene preparado para vos. Él solamente está esperando que elijas correctamente el lugar donde vas a poner tu corazón.

Miralo desde abajo: Es cierto que hay preocupaciones que muchas veces ganan nuestro corazón y nos desorientan. Dejar nuestro corazón en sus manos, puesto en el cielo, trae paz y tranquilidad ¡Nada nos va a faltar!

Miralo desde adentro: La pregunta principal es ¿Dónde está tu corazón? ¿Estás mirando las cosas de arriba? Es momento de reconocer que la falta de paz que a veces experimentamos tiene que ver con el centro de nuestras preocupaciones.

Miralo hacia afuera: Una persona con paz, es una persona sana, centrada, segura. Una vez que logres enfocarte en el cielo, tu vida va a ser el reflejo de cómo Dios quiere que vivamos. Hacen falta más personas de este tipo y Dios quiere que vos seas una de ellas. 

2 comentarios:

  1. me encantooo!! muy buena palabra!! te amo y doy gracias a Dios cada día por el compañero que puso a mi lado!!
    Carolina Pauli

    ResponderEliminar
  2. Genial muchas gracias por el tiempo que invierten!!
    Gaston Molina

    ResponderEliminar